Ya pasó el 2020 y seguimos inmersos en una
situación comprometida porque la alta incidencia de la pandemia sigue entre
nosotros.
En la primera ola, el pico de contagios situó su máximo en los 9.222 positivos en un solo día, una cifra muy alejada de los datos que encontramos en la segunda y tercera ola. Se supone que los datos fueron en realidad diez veces mayor porque no se tenían los medios que se disponen ahora.
Tras un duro y amplio confinamiento total el
número de incidencia positiva bajó, empezó la desescalada. Al fin
respiramos y pudimos disfrutar de algo de libertad en verano, para
viajar, ver a familiares, unirse con amigos, abrir establecimientos.... pero
fue aquí cuando empezó generarse la 2ª ola, la segunda ola fue
larga y desigual entre las comunidades, el periodo de ascenso hasta el pico fue
de solo unas semanas, hasta el 4 de noviembre, cuya incidencia bajó hasta
los 290,5 casos. Luego hubo un cambio de tendencia a partir del 9
de diciembre, consecuencia del levantamiento de restricciones que los gobiernos
autónomos impusieron en octubre para frenar esta 2º ola, además a esta
desescalada se unió el frio, las compras, las reuniones prenavideñas...
La Navidad acelero la 3ª ola (aunque
algunos expertos la llaman segunda ola tardía) Esta tercera ola, al igual que
la segunda, poco tiene que ver ya con la primera cuando no había suficientes
test, ni protección, ni conocimiento de cómo tratar el Covid-19. Ahora la
detección es mucho mayor y se están registrando el 70% de los casos, pero
esta avanza más rápido y está afectando a casi todas las comunidades por
igual, lo que ha provocado un rápido crecimiento del número contagios. Lo preocupante
es que tras la segunda ola no dio tiempo a que los hospitales se vaciaran,
además debido a que la estancia en la UCI de los pacientes más graves de
coronavirus se puede alargar varias semanas ha hecho que este incremento de las
hospitalizaciones haya pillado a los hospitales saturados de nuevo. Todo esto
lleva como consecuencia un mayor número de muertos, a día de hoy los
fallecimientos con coronavirus alcanzan los 67.101, una cifra que sigue
creciendo a centenares cada jornada a pesar de la bajada continua de la
incidencia en las últimas semanas. Además, en las UCI la ocupación hospitalaria
sigue siendo grave, se encuentran con el 35 % de sus plazas disponibles
atendiendo a enfermos en estado grave de coronavirus, aunque vaya bajando muy
lentamente este indicador.
Tras imponerse de nuevo
restricciones, muy fuertes en algunas comunidades, ahora parece que hay
una tendencia al descenso en los contagios. Ya han aparecido las
tan ansiadas vacunas, pero a su vez nuevas mutaciones en el virus hacen
que las tan anheladas vacunas pierdan eficacia.
¿Qué futuro nos espera? ¿Tal vez otra ola tras semana santa? Esperemos que las
vacunas hagan su efecto y podamos, si no igualar el estilo de vida que
teníamos antes del coronavirus, hacerla más llevadera, estamos
sufriendo lo que los expertos llaman "una fatiga pandémica”, pero
esperemos vayamos saliendo.
Ya este año, en Olombrada, no hemos podido disfrutar igual ni las
Navidades ni las tradicionales celebraciones que se celebran en estas
fechas en nuestro pueblo, aunque no han de dejado de celebrarse de la manera
que se puede debido a la situación actual de restricciones.
Este año 2021 ya hemos dejado de celebrar las
siguientes fechas festivas:
El 22 de enero fue la Celebración de S. Vicente Mártir, patrón de nuestro pueblo, aunque sí hubo celebración religiosa no hubo la clásica celebración en el centro de jubilados de Olombrada , debido a la situación actual.
El 2 de febrero fue la celebración de las Candelas, se realizó la celebración religiosa en el interior del templo con las medidas adecuadas.
El 5 de febrero tuvo lugar la celebración de Santa Águeda, solo hubo celebración religiosa, todo conforme a las restricciones permitidas en nuestra comunidad.
Y este fin de semana sería la celebración de las Palas, que por supuesto, será la "no celebración", nada parecido a lo de siempre, pero lo seguiremos celebrando en nuestros corazones, con esa esperanza continuaremos , por lo menos que tengamos salud para recordarlo y tal vez en un futuro podamos volverlo a disfrutar.
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