FALLO DEL V CONCURSO DE MICRORRELATOS HOMENAJE A LUISA CARNÉS Y SERGIO
RAMÍREZ
Reunido en
Olombrada el jurado que ha de valorar y calificar los relatos presentados, tras
deliberación y una vez estudiados los 37 relatos presentados, 3 de la categoría
A y los 34 restantes de la categoría B, el jurado, compuesto por M. Teresa
Olmos Palomero, que lo preside; Elena Cárdaba Acebes y Begoña López Fernández,
como vocales ambos, llegan a la siguiente conclusión de premiados por las
diferentes categorías.
Categoría A
·
Primer
premio es para Samuel del Pozo Peréz con
el microrrelato que comienza con
la frase de Sergio Ramírez “Los venenos ingeridos….”.
·
Segundo
premio, por decisión del jurado queda desierto.
Categoría B
·
Primer
premio para el microrrelato con el título “La mesa nº 11”, de Carlos Gozalo Antón con
la frase de Luisa Carnés “Al anochecer, la encargada llega al mostrador…”
·
Segundo
premio para Esperanza Temprano Posada
, para el microrrelato con el título “El vestido de flores”, que empieza por la
frase de Luisa Carnés, “Al anochecer, la encargada llega al mostrador …”
El
fallo del jurado se dio a conocer en un acto en la Panera de Olombrada, el día 17
de agosto, a las 21 horas.
Y sin más consideraciones, ratifican
la presente acta el presidente del jurado, M. Teresa Olmos Palomero, y los vocales Elena Cárdaba Acebes y
Begoña López Fernández
CATEGORÍA A: 1º premio Samuel del Pozo
Peréz
Los venenos ingeridos se conservan por mucho tiempo en
nuestros pensamientos cuando no somos capaces de perdonar a nuestros compañeros
de convivencia y juegos. Hubo un día que me enfade con mi compañero de scouts
porque él me intentó ayudar y yo se lo rechacé y entonces le empecé a ignorar y
a pasar de él y me regañaron, pero un día yo me di cuenta de que es muy buena
persona y que me podía ayudar en muchas cosas y entonces le pedí perdón y ahora
me ayuda en muchas cosas, hasta podría decir que yo soy mejor scout gracias a
él. Ahora tenemos muy buenas relaciones y nos abrazamos en los momentos
difíciles y cuando conseguimos algo nos alegramos juntos y nos decimos el uno al otro soy feliz por
tenerte aquí. Vamos que antes no nos podíamos mirar a la cara y ahora somos
casi inseparables. La mayoría de mis relaciones han sido así empezando mal y
terminando como amigos que somos. Yo tengo un hermano al cúal quiero mucho pero
también tengo mis peleas. Nos ponemos muy contentos por todo y nos damos muchos
abrazos pero también nos enfadamos por tonterías. Yo soy así de feliz.
CATEGORÍA B
1º premio Carlos Gozalo Antón
LA MESA Nº 11
Al anochecer, la encargada llega
al mostrador, quedándose con la mirada fija en el hombre de la mesa número
once. En ese momento entra un nuevo cliente, al que atiende. Le suena la cara
de aquel chico, pero le confunde la barba. Empieza a hacer memoria y no logra
recordar quién es, mientras le pone un café para llevar y el chaval se aleja
buscando la puerta. Ella sigue haciendo memoria y de pronto una chispa salta en
su cerebro: “¡Es Juan!”. Aquel chico con el que compartió tantos veranos en el
pueblo, su primer amor. Fotografías de la pandilla, incluso el olor de su
colonia explotan en su cabeza. Esta nerviosa, duda si salir tras él y saludarle.
A Juan le ha pasado lo mismo, y
justo cuando sale por la puerta de la cafetería recuerda quien es esa chica que
le ha puesto un café. Sin dudar, se gira sobre sí mismo para ir a su encuentro,
justo cuando ella aparece de frente, y sin querer, se besan.
En ese momento, el hombre de la
mesa número once se levanta, profiere unos gritos y hace explotar una bomba,
fundiendo para siempre a la pareja en un beso eterno.
2º
premio Esperanza Temprano Posada
El vestido de flores
Al anochecer, la encargada llega al mostrador y con un simple gesto indica a las dependientas que deben recoger y marcharse antes del toque de queda. Cierra la puerta tras ellas, y recorre con parsimonia el almacén de la improvisada tienda, ojeando los nuevos sombreros recibidos, que empiezan a no caber ya en las estanterías, las blusas, las faldas y por último los vestidos. Se detiene ante uno con estampado de flores y cuello de encaje. No hay duda, es el de su vecina de arriba, lo llevaba puesto la última vez que la vio. Lo superpone a su silueta ante el espejo y piensa que con descoser la estrella amarilla de la manga y subirle un poco el bajo, le quedará perfecto. Aporrean la puerta, un nuevo cargamento de ropa procedente de Auschwitz acaba de llegar.
Al anochecer, la encargada llega al mostrador y con un simple gesto indica a las dependientas que deben recoger y marcharse antes del toque de queda. Cierra la puerta tras ellas, y recorre con parsimonia el almacén de la improvisada tienda, ojeando los nuevos sombreros recibidos, que empiezan a no caber ya en las estanterías, las blusas, las faldas y por último los vestidos. Se detiene ante uno con estampado de flores y cuello de encaje. No hay duda, es el de su vecina de arriba, lo llevaba puesto la última vez que la vio. Lo superpone a su silueta ante el espejo y piensa que con descoser la estrella amarilla de la manga y subirle un poco el bajo, le quedará perfecto. Aporrean la puerta, un nuevo cargamento de ropa procedente de Auschwitz acaba de llegar.
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