Entre las variadas actividades del Verano Cultural no podemos olvidar el Xl CONCURSO DE MICRORRELATOS, a continuación os dejamos el fallo del jurado , con los microrrelatos ganadores.
FALLO DEL Xl CONCURSO DE
MICRORRELATOS HOMENAJE
A ANTONIO MACHADO Y CARMEN MARTÍN GAITE
Reunido en Olombrada el jurado, tras valorar y calificar los relatos presentados
llegan al siguiente fallo.
Categoria
A
Desierto por falta de participantes.
Categoria
B:
· Primer
premio para Inés Acebes Arranz, con el microrrelato que empieza por… “Se presentaba y lo inundaba todo con su
olor , de Carmen Martín Gaite.
· Segundo
premio para Manuel Brocos, con el
microrrelato cuya frase inicial es “Mi
infancia son recuerdos de un patio de Sevilla” de Antonio
Machado.
El fallo del jurado se dio a conocer en un acto en La
Panera de Olombrada, el día 29 de
agosto, a las 21:30 horas.
A continuación los microrrelatos ganadores:
CATEGORIA B
1ºPREMIO_ INES
ACEBES ARRANZ
YO SABÍA QUE ERA MAGIA
Se presentaba y lo inundaba todo con su olor. Mi padre, el panadero,
llegaba al cocedero al amanecer, interrumpiendo el sueño que la noche apenas le
había concedido.
Olía a harina, a masa descansando en los tendidos bajo los paños de lino,
hinchándose lentamente, preparándose para convertirse en pan. Olía a leña
quemada y a resina de las piñas. Mi padre desprendía esos aromas, los llevaba
en la piel, en el pelo, en las manos.
Por las mañanas, me sentaba en el tajo, viendo cómo sus manos se hundían en
la masa, cómo voleaba los panes, cómo los cortaba. Recuerdo el aroma profundo y
cálido que liberaban las hogazas ya cocidas. Todo parecía sencillo, pero yo
sabía que era magia.
Cuando, al fin, cerraba las puertas y el cocedero quedaba vacío, su olor
seguía indeleble, flotando en el aire.
Se sumaba el de las muescas de las tarjas, aquellas tablillas donde anotaba
las deudas sin mediar palabra. Un día más, cada corte era la señal de un pan
fiado, un trozo de confianza en tiempos de nada.
2º
PREMIO_ MANUEL BROCO IGLESIAS
Título: North
Sheen, Londres,1944
“Mi infancia son recuerdos de un patio de
Sevilla, y últimamente me acuerdo mucho de ese patio. Quizá sea por el silbido
de las bombas que surcan el cielo cada poco o quizá por este maldito dolor de
estómago que no se va, que va a más.”
Manuel levantó su vaso de licor y bebió un
sorbo. El alivio breve quedó pronto ensombrecido por la certeza de que la
punzada regresaría más fuerte.
—Tienes que ir al hospital —le dijo Portillo.
Manuel sonrió con cansancio.
—¿A qué hospital? Entre heridos y refugiados no
queda cama en todo Londres. Además, esto se acaba, Portillo. Por eso te he
pedido que vinieras.
La punzada volvió. Otro trago. El vaso vacío en
la mesa.
—He visto muchas cosas y he intentado contarlas
para que no se pierdan. Pero temo que todo haya sido en vano.
Portillo negó, pero Manuel le sostuvo la
mirada.
—Si yo no regreso, confío en ti. Haz que mi voz
no muera.
Manuel
Chaves Nogales falleció en Londres un 8 de mayo de 1944. Su obra quedó en el
olvido hasta que a comienzos del siglo XXI fue rescatada. Hoy es considerado
uno de los mejores periodistas españoles.